martes, 13 de septiembre de 2011

Ixtlilxochitl


Busco un tema. Un tema templado y cotidiano, como una mañana de marzo, en la que aún no haga tanto calor. Sí, un tema templado tirándole a fresco, y cotidiano, que no simple, que no ordinario, que no corriente. Un tema que sea igual a una brisa, a un papalote en vuelo, a un trago de café caliente.
El posible papalote no lo encontraré en casa, así que me salgo a caminar. Si bien la noche es fresca también está vacía, vaciada. El único tema que se respira es la inseguridad, la violencia. No quiero esos temas, la inseguridad es el tema menos fresco, aunque le ha dado por caer en lo cotidiano. No, iré haciendo a un lado los temas insulsos. La palabra insulso no se lleva con fresco ni con templado.
Sigo caminando. Tal vez pueda hablar de las caminatas, de lo que ayudan a despejar la mente, de lo que dicen algunos autores, de su relación con la escritura. Caminar ayuda a pensar,  despeja, despabila, permite sumergirse en los pensamientos. Claro que los autores que dicen esto seguramente están hablando de caminar en ciudades pacíficas, con parques y callejones fiables, y no en ciudades en las que imperan los delincuentes mayores y los delincuentes en formación. Pero no volveré a los temas descartados, o al menos no directamente. Podría ser un tema-añoranza, “todo tiempo pasado fue mejor”, dicen.
No, quiero un tema que no sea melancólico, ni triste, ni dulce, ni nostálgico. Necesito un tema jugoso, que sonría de lado, un tema apacible, que no aburrido ni aleccionador. Un tema sin moraleja. Como la comodidad de un sofá, un tema en el que uno pueda dejarse caer plácidamente de espaldas y sin voltear.
Regreso a casa, regreso a casa sin tema. Subo las escaleras. Pienso en “Instrucciones para subir una escalera” de Cortázar, él sí que sabía qué hacer con los temas. Cuatro paredes. Ahora que estoy en la habitación pienso en lagos, en viajes, en atardeceres, mientras que en la calle sólo pensaba en donde resguardarme. Un tema como un lago, que se pueda contemplar, que se pueda seguir como el nadar de los patos. Un tema como un viaje en tren, en el que el viento se estampe en la cara. Un tema como un atardecer: amarillo, rojo, naranja, violeta. Un tema. No lo encuentro. ¿Sabían que la vainilla se obtiene de un tipo de orquídea?