martes, 14 de octubre de 2014

Siniestro





 

¿qué hacer con un sistemas de músculos, nervios y huesos 
que se ha vuelto confuso y no encuentra el orden: 
cuando el pensamiento no importa y la piel y la forma
 reclaman su presencia urgente: cuando lo que hay que resolver
 es cómo colocar los brazos al dormir?”
Angelina Muñiz-Hubberman



Supongo que la gente común sabe y siente que los brazos son extensiones de sí. Pero yo tengo la certeza de que mi brazo izquierdo se equivocó de cuerpo. Mi brazo derecho se amolda perfectamente a mí, de pie, en la cama, en el sillón, pero el otro no. Si lo dejo hacia abajo al dormir, con la mano junto al muslo, se adormece y despierto con el brazo acalambrado. Si duermo con el brazo hacia arriba, debajo de la almohada, llega un momento en que mi cabeza queda encima y me duele más. Como que este brazo izquierdo no es mío. Las más de las veces se niega a hacer lo que le pido. Será porque es el siniestro, y siniestras son sus motivaciones. No será de extrañar, pues, cuando lean la nota en el periódico: “Extraño caso de suicidio: mujer se asfixia con su propia mano”.