¿qué hacer con un sistemas de músculos,
nervios y huesos
que se ha vuelto confuso y no encuentra el orden:
cuando el pensamiento no importa y la piel y la forma
reclaman su
presencia urgente: cuando lo que hay que resolver
es cómo colocar los
brazos al dormir?”
Angelina Muñiz-Hubberman
Supongo que la gente común sabe y siente
que los brazos son extensiones de sí. Pero yo tengo la certeza de que mi
brazo izquierdo se equivocó de cuerpo. Mi brazo derecho se amolda
perfectamente a mí, de pie, en la cama, en el sillón, pero el otro no.
Si lo dejo hacia abajo al dormir, con la mano junto al muslo, se
adormece y despierto con el brazo acalambrado. Si duermo con el brazo
hacia arriba, debajo de la almohada, llega un momento en que mi cabeza
queda encima y me duele más. Como que este brazo izquierdo no es mío.
Las más de las veces se niega a hacer lo que le pido. Será porque es el
siniestro, y siniestras son sus motivaciones. No será de extrañar, pues,
cuando lean la nota en el periódico: “Extraño caso de suicidio: mujer
se asfixia con su propia mano”.