martes, 8 de mayo de 2012

Debo trabajar...




Un viento maúlla en la ventana, quiere entrar, quiere jugar con mi cabello, pero no es momento para eso, así que pongo trapos debajo de las puertas y en los filos de las ventanas; para taparle la boca al viento, para amordazarlo por un rato, para que no me chantajee con sus gritos plañideros. Él sabe de mi grave enfermedad: la distracción. Ahora lo veo desafiante desde dentro. Le digo, balbuceante: “lo siento, hoy no podemos jugar, hoy me das escalofrío”.