domingo, 8 de abril de 2012

Derechos de los niños a escuchar cuentos

El festejo del día del niño se originó en 1954, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó que se instituyera el día universal del niño y sugirió a los gobiernos estatales que lo celebraran en la fecha en que cada uno de ellos estimara conveniente. Desde entonces la ONU festeja el día universal del niño el 20 de noviembre, buscando con ello la promoción del bienestar y de los derechos de los niños del mundo. 
 
En México lo celebramos el 30 de abril, aunque si nos preguntamos qué significa esa fecha para los niños de hoy, la respuesta se relacionará mucho más con que los papás lleven a sus hijos a comer su fast food favorita, o bien, si el niño corre con suerte (y los papás con presupuesto) le compran un juguete, lo llevan al cine o le dan algún tipo de recompensa, la más de las veces material. También están los convivios escolares, pero éstos se asemejan bastante a lo que sucede en las fiestas de cumpleaños: payaso, pastel y dulces. 
Es cierto que uno de los derechos de los niños es el juego, y otro la diversión, pero al llevarlos a comprar un juguete no se está promoviendo precisamente estos derechos. Los niños no asocian este día con una celebración en la que se promuevan sus derechos, sino con un día en el que, en el mejor de los casos, sus padres accederán a comprarles algún presente.
Los derechos de los niños actualmente son, según la ONU, los siguientes: derecho a la vida, al juego, a la libertad y a compartir sus puntos de vista con otros, a dar a conocer sus opiniones, a una familia, a la protección durante los conflictos armados, a la libertad de conciencia, a la protección contra el descuido o trato negligente, a la protección contra el trabajo infantil, a la información adecuada, a la protección contra la trata y el secuestro, a conocer y disfrutar de su cultura, a la protección contra todas las formas de explotación, a crecer en una familia que les dé afecto y amor, a un nombre y una nacionalidad, a la alimentación y nutrición, a la diversión, a la libertad, a la paz mundial, a la salud, y a no ser discrimindados por sexo, credo, etnia o ideología.
De estos derechos se pueden desprender, por supuesto, muchos otros. Si en mí estuviera proponer otro abogaría por el derecho a la lectura. La lectura fuera de las obligaciones escolares, la lectura asociada a algunos de los anteriores derechos, por ejemplo: la lectura como un acto de amor, de libertad; la lectura como una forma de conocer y dsifrutar de la cultura; la lectura también como un juego, como una diversión.
En un libro del Rincón de la Lectura, editado por la SEP, me encontré esta propuesta de derechos referentes a la lectura para niños. Lo comparto con ustedes:
1. Todo niño, sin distinción de raza, idioma o religión, tiene derecho a escuchar los más hermosos cuentos de la tradición oral de los pueblos, especialmente aquellos que estimulen su imaginación y su capacidad crítica.
2. Todo niño tiene derecho a exigir que sus padres le cuenten cuentos a cualquier hora del día.
3. Todo niño que por una u otra razón no tenga a nadie que le cuente cuentos, tiene absoluto derecho a pedir al adulto de su preferencia que se los cuente, siempre y cuando éste demuestre que lo hace con amor y ternura, que es como se cuentan los cuentos.
4. Todo niño tiene derecho a escuchar cuentos sentado en las rodillas de sus abuelos. Aquellos que tengan vivos a sus cuatro abuelos podrán cederlos a otros niños que por diversas razones no tengan abuelos que les cuenten cuentos. Del mismo modo, aquellos abuelos que carezcan de nietos están en libertad de acudir a escuelas, parques y otros lugares de concentración infantil donde podrán contar cuantos cuentos quieran.
5. Todo niño está en el derecho de saber quiénes son los principales autores de cuentos. Las personas adultas están en la obligación de poner sus historias al alcance de los niños.
6. Todo niño goza a plenitud del derecho de conocer las fábulas, los mitos y leyendas de la tradición oral de su país.
7. El niño también tiene derecho a inventar y contar sus propios cuentos, así como a modificar los ya existentes, creando su propia versión.
8. El niño tiene derecho a exigir cuentos nuevos. Los adultos están en la obligación de nutrirse permanentemente de nuevos e imaginativos relatos, propios o no, con o sin reyes, largos o cortos. Lo único obligatorio es que éstos sean hermosos e interesantes.
9. El niño siempre tiene derecho a pedir otro cuento y a pedir que le cuenten un millón de veces el mismo cuento.
10. Todo niño tiene derecho a crecer acompañado de Alicia, Caperucita y el lobo, los músicos de Bremen, del Gato con Botas, Pulgarcito..., y del inmortal "Había una vez...", palabras mágicas que abren las puertas de la imaginación en la ruta hacia los sueños más hermosos de la niñez.
Metrópolis, abril 2011
http://revistametropolis1.blogspot.mx/2011/04/libros-derechos-de-los-ninos.html

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