A sol y sombra*
Aprendí que la pelota nunca viene a uno por donde uno espera que venga.
Eso me ayudó mucho en la vida, sobre todo en las grandes ciudades, donde la
gente no suele ser lo que se dice derecha.
Albert Camus
A propósito de tanto fútbol, Eduardo
Galeano publicó en 1995 un libro sobre este apasionante tema que vale comentar
(está disponible la edición aumentada de 2008, de Siglo XXI Editores).
El autor, conocido por su muy
leído Las venas abiertas de América
Latina, declara en relación a este título que ha querido hacer con las
manos lo que nunca pudo hacer con las piernas. Se trata de un homenaje
literario del que no están exentos la crítica y la acotación humorística.
El texto contiene metáforas del
fenómeno futbolístico, descripciones de goles y jugadas memorables realizadas
por los grandes en la historia del balompié suramericano y mundial; explora los
principios y ubica las reglas que orientan al juego; cuestiona tanto los
manejos del poder tecnocrático en las organizaciones que controlan este deporte
a nivel internacional, como el elogio utilitario de la trampa y las faltas
invisibles que se dan en la cancha; comenta las supersticiones comunes
alrededor de las posibilidades de ganar y perder; contextualiza los
acontecimientos político-sociales que paralelamente impactaron la memoria de
los grandes eventos futbolísticos como los mundiales y las copas continentales;
sin olvidar el influjo benéfico que aporta la anécdota a partir de recuerdos y
declaraciones.
El lector de El Fútbol… no encontrará un desarrollo sistemático, ni un estudio
erudito del fenómeno pambolero, sino una suerte de colage, por definición fragmentario, con breves piezas textuales
que refieren a un tópico, a un suceso o a un personaje, secuenciadas no
necesariamente de manera cronológica, pero sí temática, con abundantes fuentes
periodísticas.
Del diverso abanico de nombres
resalta, para los gustosos de la literatura, el pequeño pasaje de Camus, quien fue portero en el equipo de
la Universidad de Argel, incluyéndose la cita que abre a manera de epígrafe la
presente reseña: “Se había acostumbrado a jugar de guardameta desde niño,
porque ése era el puesto donde menos se gastaban los zapatos. Hijo de casa
pobre, Camus no podía darse el lujo de correr por las canchas: cada noche, la
abuela le revisaba las suelas y le pegaba una paliza si las encontraba gastadas
[…]. También aprendió a ganar sin sentirse Dios y a perder sin sentirse basura,
sabidurías difíciles, y aprendió algunos misterios del alma humana, en cuyos
laberintos supo meterse después, en peligroso viaje, a lo largo de sus libros”.
Recomendamos esta lectura que
hace una combinación muy singular: fútbol y letras.
Metrópolis, enero 2012
En colaboración con Germán Cravioto
* Galeano,
Eduardo, El fútbol a sol y sombra,
Siglo XXI Editores, 2008, México.
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